jueves, 31 de enero de 2008

La verdadera inflación del 2007 se ubicó entre 22.3 % y 26.2%

Los técnicos desplazados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que vienen denunciando la manipulación de las estadísticas oficiales desde hace un año (momento en el cual comenzó la intervención a manos del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno) confeccionaron una serie de estudios alternativos para dar conocer el índice real de inflación del año pasado, que triplica el difundido semanas atrás por el Gobierno.

La base del cálculo fueron los datos que difundió la Dirección de Estadísticas de Mendoza en forma oficial hasta octubre pasado y en forma extraoficial para los meses de noviembre y diciembre. Los datos mendocinos fueron cruzados con la composición de la estructura de gastos de las familias correspondiente al área de la Capital y el Gran Buenos Aires, donde se mide el IPC-GBA, el más representativo de la inflación.

De esta manera, el resultado arrojó una variación entre el 22,3% y el 26,3%, depende el lugar que se tome como referencia. También se confirmó que el sector que los aumentos más fuertes se han dado en alimentos y bebidas -alrededor de un 40%-, muy por encima del 8, 6% que el Gobierno dice haber detectado.

Así queda al descubierto la evidente maniobra que se ha venido perpetrando en el INDEC durante el último año, lo que ha permitido encasillar el IPC (Índice de Precios al Consumidor) en un poco creíble 8.5%, como una forma de ocultar la creciente suba de los precios que afecta especialmente a los sectores de menores recursos.

Cabe destacar que por este motivo, los empleados rebeldes del INDEC han iniciado medidas administrativas y judiciales que durante todo el año 2007 ocasionó numerosos focos de conflicto en el organismo y paros de actividades en varias oportunidades. Justamente, en el marco de las actuaciones en la Justicia, han sido denunciados Moreno y la polémica interventora Beatriz Paglieri, los principales responsables del manoseo de las estadísticas públicas. Esta última dejó su cargo por un decreto presidencial del (¿ex?) presidente Kirchner quien la reubicó en la Comisión Nacional de Defensa del Consumidor.

Los empleados que dieron a conocer esta información dijeron que la presentaban "para que se utilice como referencia en distintos ámbitos y, muy especialmente, como un aporte a la discusión paritaria que comienza a abrirse para todos los trabajadores". En declaraciones a LA NACION, el secretario general de ATE-INDEC, Daniel Fazio, denunció que "los trabajadores del Indec estamos viviendo momentos de suma violencia, provocados por las patotas traídas por Moreno".
De todas maneras, el manoseo del organismo no parece importarle demasiado al gobierno. Es más, lo que salido a decir en varias ocasiones es que "la inflación es un tema que los ocupa, y no que los preocupa". Pero debería preocuparlos: es poco serio que en un país donde hay 25% de inflación el tema se oculte, se pretenda engañar y manipular a la opinión pública, y lo peor, que se niegue el problema. Y además, que la Presidenta se llene la boca hablando de "pacto social" y "calidad institucional" mientras suceden este tipo de cosas, y que sean sus propios funcionarios los protagonistas de semejante desastre.

Por su parte, la titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió salió a criticar la política económica del Gobierno de Cristina Kirchner y afirmó a la prensa que la situación se está tornando "incontrolable" y vaticinó que "la inflación para este año estará en torno al 40%". Y luego, agregó: "Ya en cualquier país serio del mundo la inflación de 26 por ciento es gravísima", respaldada en los datos que dieron el pasado martes los técnicos del INDEC. También afirmó que "es un desprecio para los sectores trabajadores negar el nivel de inflación" y que nadie se está ocupando correctamente del problema.

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